Micro-revolución maricona infantil hecha en casa
Ahí está Dani, lavando la loza en la casa de su infancia, en la ciudad
ocupada por el Estado de Río Gallegos. De esa escena no recuerda
nada, ya que según su madre no tiene más de tres añitos de vida.
Eligió esta foto por su espontaneidad, su no-pose y su vestimenta
de mariconcito hogareño. Tal vez se está limpiando del machismo
que la cultura le ofrecía como mejor opción para vivir. En su
infancia, al jugar con sus dos hermanitas y sus amiguitas, siempre
tenía a mano algo para desquiciar al género (hetero)normativo.
Recuerda que una vez, cerca de sus 10 años, se apropió de la
pollera-pantalón y abanico de su madre para hacer una práctica
performativa de Locomía (uhhhh-uhhhh) en el dormitorio de sus
hermanas. Lamentablemente no quedan registros de ese momento
porque la única fotografía que fue tomada, él decidió romperla
por sentir vergüenza, tras las burlas de amigos machistas de una
de sus hermanas. Pero sí quedan rastros de cuando se ponía el
delantal de cocina y otros accesorios para cocinar, o cuando se
disfrazó de honguito con medias de polyester (cree que a partir de
ahí nació su fetichismo por las lycras).
Este mariconcito disidente sigue viviendo en su cuerpo cada
vez que la heteronorma/homonorma llama a su puerta para
decirle lo que hay que pensar, sentir y hacer para “ser hombre”.
“Ser hombre”, como el imaginario social re-produce en las
diferentes instituciones a través de sus agentes, como lo fueron
sus compañeritos de la escuela primaria que le criticaban por sus
dichos y acciones que mostraban otro mundo posible fuera de la
masculinidad hegemónica.
Una vez fue elegido Rey de su grado, él piensa que esa elección
fue hecha por sus colegas para burlarse de su forma de estar en
el mundo, pero este mariconcito aprovechó la ocasión para sacar
brillo con su capa y corona ganada (cualquier semejanza con el
dispositivo Drag King es pura coincidencia). Creció prefiriendo
jugar con muñecxs que con autitos, pintar en lugar de jugar a la
pelota, huir en lugar de pelear. Ni la escuela, ni la iglesia pudo
con su potencia marica y sigue pensando que la Revolución será
Marica (y fetichista) o no será.
​
Dani Yenú
Amigx en vocablo Tehuelche. Fetichista de calzas de lycra y
pantalones de vestir. Página de Facebook: Revolución Fetichista.
Colibrí Sudaca. Desobediente contra-sexual. Detesta al Estado y
sus normas. Anti-nacionalista. No le gusta para nada lo que el
imaginario social conoce como sexo tradicional homosexual/gay/
anal-genital (vainilla). Lo que realmente le interesa va en vías de
desgenitalizar el placer a través de abrazos, caricias, frotamientos
sobre sus fetiches preferidos, masajes descontracturantes/
relajantes, lamidas de pies/axilas/cuellos/espaldas, y la
articulación de sus prácticas disidentes a la hetero/homo-norma
con la filosofía crítica conocida como teoría queer/cuir. Cuerpx
en (de)construcción