Celine Dion
El pequeño Guille de la foto estaba terminando su primer año en
el jardín. A la derecha, Rita, su madre, le extiende con orgullo
el sobre con todos los dibujos, garabatos y sellitos de papá que
hizo en el año. Zoom. Primerísimo primer plano. Recorte. Mano
izquierda del Guille de la foto. Por esa manito esta foto permaneció
oculta, debajo de otras fotos. El pequeño Guille fue creciendo y
él se encargó de esconderla. Guille sentía vergüenza de esa mano
y de ese Guille de la foto, que aún no sabía que se nos iban a
empezar a negar unas cuantas cosas.
Tres años después, Guille (un Guille más grande que el de la
foto, pero mucho más pequeño que el que ahora soy) preparó un
show para su familia en el living de su casa. Papá. Mamá. Tres
hermanos mayores. Guille entró con cuatro collares largos, una
vincha brillosa y un par de aros a presión enormes, de su madre,
que le apretaban muchísimo pero le quedaban divinos. De fondo
My heart will go on de Celine Dion. Apoyó un pie en el living y,
antes de que terminara la parte instrumental y el pequeño Guille
pudiera hacer el playback que había ensayado toda la tarde, su
familia se abalanza sobre él. Apagan la música. Le sacan los collares,
la vincha, los aros y el labial. Nadie le dice nada. Solo dicen que
el playback de Chayanne estuvo muy bien y el de Enrique Iglesias
también… que los siguiera haciendo, que bailaba muy bien. Pero
que Celine Dion no. Celine Dion nunca.
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Guillermo Baldo.
27 años. Director y actor de teatro. De pequeño le gustaba Sailor Moon, sus preferidas eran Sailor Mercurio y Sailor Venus. Jugaba a ser Kimberly de los Power Ranger y no le gustaba el futbol… ni le sigue gustando. Córdoba Capital.