top of page

Mañanas Camp

“Él no mira nada: retiene hacia adentro su amor y su miedo…”
A la Betito lo que más le gustaba de niño era quedarse a solas
con su abuela en las mañanas, faltar a la escuela y despertarse
temprano para observarla cuando se maquillaba, haciendo
maravillas con sólo un labial. Nadie más sabía que Beto era capaz
de pintarse los labios a la perfección sin usar un espejo porque
aprendió de memoria ese gesto mágico de la abuela.
“…y ashí he vivido, shin claudicar, a veshes bien y a veshes mal”,
cantaban en la cocina parodiando a Tita. Se sufría lo que había
que sufrir y se gozaba lo que había que gozar, esa era la pedagogía
que realmente valía aprender, y como dice una dragqueen muy
conocida: ¡old school is the Only school!
Durante esos años, entre milongas y ademanes a escondidas, se
sirvieron muchas tazas de té y, a todas las amigas soñadas, Beto
les cantó ese pedacito de tango, enfatizando las eses a lo Merello,
con un poquito de miedo a no causar gracia y con la ilusión de
conocerlas algún día.

​

La Betito, Córdoba.

Instagram: nomigonzal

https://vimeo.com/noegonzalez

http://gonzalez-noe.tumblr.com/

 

bottom of page