El nene mimado
Soy el más chico de tres hermanos varones. El más chico y el más
mimado. La violencia heterosexista de mi hermano, quince años
mayor que yo, se demuestra en mi llanto a los ocho años porque,
en una colonia de vacaciones, todos los participantes se pusieron
a jugar al fútbol. El fútbol siempre fue el punto de quiebre (¿de
muñecas?) de mi masculinidad. Nunca me gustó. En cambio, me
encantaba juntar fotos de Thalía y pegarlas en un cuaderno. En
definitiva, yo quería ser esa María la del barrio que encuentra a
su príncipe azul y la llevan a un castillo encantado. Una sonatina
de telenovela mi vida. Siempre soñé con el Principito: ser la
rosa histérica. A los 20 años era una histérica. Siempre digo que
mi problema, al comienzo de mi juventud, consistía en que era
demasiado linda. Flaquito, con ojos verdes, todos caían rendidos
a mis pies. En la foto, se me ve como un querubín afeminado, con
una cadenita de oro que presenta a una virgen. Siempre fui muy
católica. Fui a un colegio católico apostólico romano. Bah… eso
era lo que decían, nunca entendí muy bien qué quiere decir todo
eso. Lo que sí…. Cuando jugaba al hockey, a eso de los quince
años, me acuerdo que una compañera me dijo: “Vos jugás al
hockey porque te gusta el palo”. Mucho no le di pelota, creo que
estaba enamorada de mí. Era un nene mimado: mis cumpleaños
se llenaban de chicos y chicas que sólo querían pasarla bien, me
llenaban de regalos, hasta payasos había. Recuerdo que perdí mi
virginidad recién a los 17 años. Tan pura yo. En fin, tenía todo para
ser de la raza aria pero pateé en contra, y ahora estoy esperando
mi espacio en el caldazo.
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Mariano Massone. Luján, 1985. Poeta y esquizoanalista. Brujo pampeano, payesero y yuyero profesional. Vive con su novio Marcos y su gatita Marina.
Contacto: marianomassone@gmail.com