Mi mechoncito de lana
Al transportar los recuerdos a mi infancia me vienen imágenes
sueltas, breves, como flashes de una cámara fotográfica. Retazos
de vivencias en la soledad de mi habitación, recodos ocultos en
mi imaginación marica. Vestigios de una mente y un cuerpo
que de un modo u otro trascendieron las normas impuestas,
directa o indirectamente, primero por mi padre y después por la
sociedad. Recuerdo mi gusto por las telenovelas, las muñecas y el
arte en general. Dibujaba bellas damas con suntuosos vestidos y
coleccionaba toda clase de cosas. Desde temprana edad, la lectura
también formaba parte de uno de mis pasatiempos favoritos. Me
permitía aislarme del mundo, dentro de miles de historias. Ahí
aparecían la huérfana “Annie”, las aventuras de “Tom Sawyer” o
la tristeza y vergüenza mortal de “Marianela”. Pero si hay algo
que me generaba gran placer, era el hecho de encerrarme solo en
mi habitación y montar escenas teatrales con un mechoncito de
lana: unos pocos hilos que variaban de color y que, en mi puño,
se convertían en una hermosa mujer. Todo era muy oculto, a
escondidas. Ni yo entendía esa transformación. Aún no sabía que
ese sería el punto de partida para lo que, años más tarde, daría
forma y consistencia a mi ser travesti y a mi concepto del nogénero.
La imagen que comparto es de cuando tenía 3 años. Cuenta mi
mamá que ese día estaba muy enojado y encaprichado, y no quería
que me tomen ninguna foto. La tomaron igual. Afortunadamente,
en detalle, se puede ver que entre mis manos atesoro una de las
“lanitas” con las que solía jugar. A esa edad, lo hacía sin vergüenza
y sin esconderme, ya que no tenía sembrada aún la semilla de
la heteronorma. Cuenta también mi madre que corría por las
veredas del barrio sosteniendo la lana, como cabello ondulándose
al viento, y las doñas le preguntaban sorprendidas qué era eso
extraño que yo hacía, a qué jugaba. Todo lo demás vino después.
Santiago Carmona
Me dicen Santi o Santino. Vivo en la ciudad de Córdoba Capital,
barrio Alto Alberdi. Me gusta todo lo relacionado al arte y soy
community manager en una empresa de telefonía móvil.